jueves, 7 de noviembre de 2013

Juego de tronos, George R. R. Martin

Nuestra sociedad, sistema complejo por excelencia, se comporta de manera no lineal en todos sus aspectos. Además, una de las características de los fenómenos no lineales es la existencia de propiedades emergentes. Es decir, propiedades o características que se hacen visibles, de manera repentina, a causa de la agregación de propiedades o comportamientos de elementos individuales, que normalmente pasan desapercibidas.

Puede parecer que estas características aparecen de repente, pero en realidad, en cierto modo ya existen a nivel desagregado, solo que no son visibles. Solo son visibles cuando ciertas condiciones, difíciles de evaluar, se cumplen. En ese momento, esas propiedades o comportamientos, se agregan, y la propiedad emergente aparece como de la nada, a veces de manera espectacular.

A que viene este rollo?. Lo primero: no es un rollo. Lo segundo: viene a que, a veces, nuestra sociedad, sistema complejo donde los haya, nos permite sorprendernos con la aparición de ciertos fenómenos emergentes.

Mi ejemplo favorito, a día de hoy, es Juego de tronos. ¿Qué ocurre cuando una creación humana, que lleva años en el mercado, pasando, aparentemente desapercibida, de repente, en cuestión de pocos meses, se convierte en obra absolutamente imprescindible, que todo el mundo ha visto, leído y hasta soñado, con gran disfrute. Mi explicación, incompleta, es que esa obra ha generado durante años un flujo información social muy importante. De repente, sin que sepamos por que, se alcanza un cierto nivel crítico, y la popularidad de juego de tronos, explota, de manera repentina. Buen ejemplo de propiedad emergente.

La explicación es incompleta, porque deja el asunto interesante fuera: cómo, cuándo y por qué se activa esa explosión.

La cuestión es que un lector empedernido como yo, me sentía incomodo al margen de la masa. No había leído Juego de Tronos. ¡Grave pecado!. Al segundo intento he conseguido acabar con ella.

Dificil decir algo sin pasar por lector raro y elitista. Creo que Juego de Tronos, no da la talla ni como best seller para pasar el rato. No resulta lo suficientemente entretenida y adictiva para ello. No llega a ser aburrida, pero ni siquiera vale como pasatiempo.

Cierto es que tiene algunas virtudes. Entre ella está la originalidad en la recreación de un mundo mítico ya desaparecido. También, la fuerza que en las descripciones de Martin tienen los elementos naturales: el fuego, el hielo, el invierno, el bosque,.... Y, como no, la violencia y la sexualidad que los personajes transmiten.

Poco más.