viernes, 28 de febrero de 2020

Tiempos recios, Mario Vargas Llosa

MVLL retoma los paisajes políticos de su américa natal y, más en concreto, los de su anterior novela La fiesta del chivo.

Entonces, el escenario era la República Dominicana de Trujillo. En este caso es la Guatemala de Jacobo Arbenz y de Carlos Castillo Armas.

En ambos casos MVLL se acoge a un género híbrido entre el reportaje político y la novela.

Como siempre, la maestría de MVLL para componer y narrar una historia de manera eficaz es grande. Al fin y al cabo, los nobeles de literatura no los regalan.

El caso de Guatemala y Arbenz no es un caso más de paisito centroamericano con un gobierno prosoviético que es derrocado por el dictador de turno con la ayuda de la CIA.

Y no lo es por dos motivos principales.

Primo, porque Arbenz no era un peligroso marxista sino un socialdemócrata interesado en mejorar el modo de vida de los guatemaltecos.

Secundo, más importante si cabe, porque fue el primer caso en el que la CIA se inmiscuyó hasta ese extremo en la política interna de un país americano con la intención de salvaguardar los intereses que Eisenhower, McCarthy y la propia CIA identificaban con los intereses de todos los norteamericanos y que no eran otros que los de la Compañía y los de la United Fruit Company.

Es difícilmente exagerable la intensidad del sentimiento antiamericano que está intervención provocó en toda américa latina. Esto provocó que cualquier intervención posterior, por parte de EEUU, independiente de su justificación, fuera juzgada ferozmente.

Vale la pena preguntarse como habría sido la historia de hispanoamérica si EEUU hubiera ayudado a Arbenz a avanzar en sus políticas reformistas en lugar de poner en su lugar a un dictador tan poco confiable como Castillo Armas.

La narración nos lleva por toda centroamérica tras los pasos de los protagonistas Arbenz y Castillo Armas, sus esposas y amantes y sus responsables de seguridad, a ambos lados de la linea que marca la ley.

Gran novela.

domingo, 23 de febrero de 2020

Berlín, Jason Lutes

Muy ambiciosa novela gráfica del historietista norteaméricano Jason Lutes.

La novela, en 3 volúmenes, intenta retratar la difícil existencia de la república de Weimar.

Lutes busca la sencillez, tanto en el aspecto gráfico como en el textual y argumental. Sus dibujos, en blanco y negro, prescinden incluso de los sombreados.

La narración está centrada en la vida diaria de varios personajes, a veces relacionados entre si, a veces no. Ana, dibujante de familia bien y sexualidad indefinida que viene a Berlín a darse vida y Kurt, periodista angustiado por los suceso políticos que coquetea con el comunismo, son los principales.

En mi opinión la obra no consigue su objetivo narrativo. En cambio, de sus dibujos solo se puede decir que ellos solos valen la pena, en especial las maravillosas perspectivas arquitectónicas de ese Berlín que ya no existe.

viernes, 14 de febrero de 2020

Miquiño mío, Emilia Pardo Bazán

Emilia Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós mantuvieron durante décadas una estrecha amistad que evolucionó desde una relación maestro-discípula en sus inicios, hasta una unión sentimental estable, pasando por una colaboración e intercambio de favores profesionales.

EPB estaba casada y vivía en Galicia mientras que BPG era soltero y vivía en Madrid. Por tanto, la relación entre ambos tenía una importante dimensión epistolar.

Isabel Parreño y Juan Manuel Hernández, hace unos años, se encargaron de rescatar de bibliotecas y archivos esta correspondencia. Al menos, la parte de EPB.

Asomarse a la intimidad de EPB y BPG es muy divertido. Indudablemente hay un aire un poco voyeurista en esto de leer correspondencia privada, escrita con intención de no ser leída por nadie más que su destinatario, aunque los protagonistas de esta historia hayan muerto hace un siglo.

Yo no conocía apenas a EPB, pero de la lectura de su correspondencia me llamó mucho la atención su vitalidad, su modernidad, su feminismo y su progresismo
auténtico. EPB mostraba con desinhibición en sus cartas las ganas que le tenía a BPG. También era capaz de viajar a Berlín, Londres o París, sola, y pasar un par de meses recluida en archivos y bibliotecas durante la mañana y la tarde, y reuniéndose con literatos e intelectuales durante la noche.

Y, lo más importante, era capaz de renunciar a la notable fortuna familiar para ganarse el pan solo con sus trabajos literarios y periodísticos.

miércoles, 5 de febrero de 2020

El círculo cerrado, Jonathan Coe

Continuación de El club de los canallas.

Han pasado 25 años y el autor nos tiene que poner al corriente de lo sucedido en ellos. Coe elige una estructura narrativa original pero un tanto confusa: sitúa a dos personajes secundarios en el presente y utiliza sus recuerdos para sostener el desarrollo de los diferentes acontecimientos ocurridos, enlazando unos con otros por medio de las vivencias de los personajes.

Estamos en los años de Blair, la guerra de Irak y la tercera vía al laborismo.

Creo que Coe pensaba concluir la historia aquí. De ahí el título. Y también de ahí ciertos hechos tan sorprendentes como improbables que, de alguna manera, cierran la malla tendida alrededor de Benjamin, Paul, Doug, Philip y los demás.

Como las otras novelas de Coe, un buen retrato de la Inglaterra de sus años. Muy entretenido.

Quizá podría decirse que la abundancia de personajes secundarios importantes para el desarrollo de la trama y lo confuso de sus relaciones introduce cierta incertidumbre en el desarrollo de la historia en la mente del lector.

El club de los canallas, Jonathan Coe

Esta es la novela que lanzó a la fama a Jonathan Coe, allá por 2001.

Benjamin, Doug y Philip están en sus últimos años de colegio. Pero su colegio no es un colegio normal. Es el King William, un colegio privado al que acuden los hijos de aquellos que son alguien en Birmingham.

En el King William ser delegado de clase es el máximo honor que un estudiante puede tener. Allí, los profesores de literatura invitan a sus alumnos a tomar el té en su casa. En el King William, nada es más cool que pertenecer al consejo de redacción del periódico escolar.

La novela es muy entretenida y está escrita con sentido del humor. A la vez, tiene una lectura más seria que te permite echar un vistazo a la Inglaterra previa a la Thatcher: el IRA, las bombas, los sindicatos como actor
 político de primer nivel y las huelgas paralizando el país.