martes, 29 de junio de 2021
Juan Belmonte, matador de toros, Manuel Chaves Nogales
domingo, 20 de junio de 2021
El templo del alba, Yukio Mishima
Tercer volumen de El mar de la fertilidad. Y de más difícil lectura que los anteriores.
El tiempo pasa y Honda, auténtico protagonista de la cuatrilogía, está de viaje de negocios en el sudeste asiático. Allí, además de resolver con solvencia sus asuntos profesionales, Honda se entregará a la introspección y el espiritualismo, primero en Tailandia y más tarde en la India.
Las páginas que nos cuentan el viaje interior de Honda en Benarés son a ratos insoportablemente aburridas, a no ser que el lector esté interesado en el samsara, la transmigración y demás movidas budistas. Interesado de verdad.
Por otro lado, en ocasiones su prosa es tan rica en imágenes y metáforas que resulta adictiva. De hecho, algunos de los pasajes narrados por Mishima, especialmente las cremaciones que ocurren en las escalinatas del Ganges en Benarés me han impactado profundamente, a pesar de ser un lector completamente ajeno a ese mundo.
Si superamos esta primera parte de la novela sin arrojarla por la ventana nos encontraremos con algo mucho más interesante y más fácil de leer para un lector occidental normal.
Han pasado 15 años y Honda se ha construido una bonita casa con vistas al Fuji, en la que veremos desfilar en variados eventos sociales a una colección de personajes de lo más variopintos. Entre ellos Ying-Chan, princesa tailandesa, reencarnación de Kiyoaki y de Isao, de la cual Honda se enamorará. En ella, conseguirá estimular y sublimar su sexualidad ya un tanto agotada.
En resumen, una novela difícil, no recomendada para pasar el rato, pero, por otro lado, inolvidable.
jueves, 10 de junio de 2021
El maestro Juan Martínez, que estuvo allí, Manuel Chaves Nogales
Conocí a Chaves Nogales a través de un formidable libro de crónicas acerca de nuestra guerra civil (aquí). Me aficioné a él. Y ahora he leído esta divertida historia.
Juan Martínez es un gitano burgalés con mucho arte para el flamenco. Y estamos en los primeros años del siglo XX.
Juan se enamora de una gitanilla, la Sole, a la que rapta y con la que huye a París. Allí, los Martínez actuan en cabaretes y se ganan bien la vida gracias al talento de Juan.
Pero poco a poco la vida se va complicando en Paris, así que los Martínez van cambiando de destino, siempre a la búsqueda de lugares en los que el arte flamenco sea valorado. Primero Turquía, luego Rusia.
Y estando en Rusia llega 1917 y estalla la mundial. A partir de aquí todo serán aventuras siempre dramáticas y siempre narradas con maestría y sentido del humor, entre Petrogrado y Moscú.
Los Martínez no se meten en política, pero Juan deja traslucir un cierto desprecio por los bolcheviques. Allí donde éstos aparecen, la gente desaparece de las calles mientras las colas, el desabastecimiento y el hambre se extienden por doquier. Mientras cierran los teatros y cabaretes la guardia roja abusa de su autoridad de manera arbitraría. Por no hablar de la tristeza que despierta ver como en cuestión de días una ciudad burguesa, hermosa, llena de fiestas, teatros y conciertos se convierte en una ciudad oscura y triste, en la que da miedo salir a la calle.
Por ser justos, Juan tampoco ahorra críticas a la brutalidad de los blancos.
Al poco, los Martínez, intentando salir de Rusia, irán hacia el sur. Primero Kiev, luego Odesa. Allí, sufrirán la guerra civil más que en ningún sitio, porque los blancos y los rojos, se laternarán en sucesivos avances y retrocesos durante los 6 años de guerra civil.
En definitiva, una buena lectura para aquel que todavía tenga una visión romántica de lo que es una revolución.