miércoles, 15 de noviembre de 2017

En un país extraño, Charles Cumming

Como la burra al trigo..., yo vuelvo a la novela de espías en busca de solaz.

Charles Cumming es un autor británico, de corta trayectoria y escasa fama, más todo lo que acerca de él he leído en las últimas semanas es positivo.

En un país extraño, presenta notables atractivos: no es corta ni larga (350 págs.), tiene un ritmo ágil pero no trepidante y su estilo es directo sin ser descuidado.

Amelia Levine, próxima jefa del espionaje británico, es objeto de una operación de desestabilización por parte de los franceses. La operación aprovechará uno de los flancos débiles de Levine: cierto elemento oscuro de su vida privada que Amelia quiere mantener oculto.

Thomas Nell, viejo amigo de Amelia, caído en desgracia en el curso de alguna desventurada operación en algún lugar de Afganistán, Irak o Pakistan, será el encargado de investigar, intervenir y desbaratar  la operación rival.

Todo ello narrado con notables dosis de realismo.

Por si lo anterior fuera poco, el autor, por boca de TN, aprovecha para colocar un mensaje fuertemente político. O ético. Que tanto monta.

En algunos lugares la vida es muy jodida. En esos lugares, los principios inquebrantables son una pesada carga que impide moverse con la necesaria agilidad. A veces, desde la pueril e idealista Europa se olvida esto. Para que aquí, en Europa, podamos seguir con nuestras inocentes, despreocupadas y placenteras vidas, alguien, en algún lugar, se está manchando las manos. En nuestro nombre. No debemos olvidarlo.

Puede sonar sonar cínico. O, literalmente, maquiavélico. Nadie dijo que fuera a ser fácil.