miércoles, 30 de marzo de 2016

El periodista deportivo, Richard Ford

Las novelas de Richard Ford, tan reconocidas por público y crítica, no me enganchan.

No están mal. Se van leyendo, pero no consigo quedarme pillado.

El Periodista Deportivo es la primera de ellas. Aquí aparece Frank Bascombe por vez primera.

Quién es Bascomb? Por qué se ha convertido en billete a la fama para Ford? No lo se.

Podríamos decir que es un hombre de mediana edad, en medio de una crisis existencial desatada por la muerte de su hijo adolescente, divorciado de su todavía querida exmujer, y que tras hacer un intento de dedicarse a la literatura con mayúsculas, la novela, ha decidido dedicarse a la literatura con minúsculas, el periodismo deportivo, que le parece más fácil, le mola más y saca más pasta.

Y que más? Poco más. El hombre intenta rehacer su vida.
Estamos ante un hombre normal, en su normalidad máxima. Pero sin la brillantez literaria de, por poner un solo ejemplo, Sinclair Lewis y su Babbitt.

Nada del otro mundo, vamos.

viernes, 11 de marzo de 2016

Pureza, Jonathan Franzen

Otra novela de Franzen. Es como si Franzen hubiera copiado el esquema de libertad pero con personajes diferentes. Otras historias, otros temas, misma estructura narrativa, mismos desplazamientos temporales y espaciales, misma complejidad, misma sofisticación, misma capacidad narrativa.

En mi opinión, ni en Libertad, ni en Pureza, Franzen brilla a la misma altura que en Las correcciones. En Las correcciones estamos ante una gran historia que se despliega ante ti de una manera tan coherente que, ahora mismo, no recuerdo si la estructura narrativa es tan compleja como en libertad o pureza. Porque si comparten estructura, en Las correcciones, el objetivo de inmersión está plenamente conseguido. En Pureza y Libertad, no.

Eso no quiere decir que las historias que cuenta Pureza no sean interesantes. Ni que no estén bien escritas. De hecho Pureza es una colección de pequeñas novelas, en las que los diferentes protagonistas cobran diferente importancia, y que se integran en un marco más amplio, pero, como ya he dicho, la integración no es total y el esfuerzo del lector por mantener los cabos que le permitan llenar estos vacíos temporales y espaciales, es grande. Quizá demasiado.

En resumen, una novela muy ambiciosa, escrita con oficio, pero que quizá pide demasiado al lector.