domingo, 30 de agosto de 2015

Elegía, Philip Roth



Gran novela acerca de la pérdida. De la plenitud física, de los seres queridos, de la esperanza de cumplir nuestras expectativas y, por último, de la vida.

A pesar de ello no es una novela que te provoque bajonazo. Su tono es sereno y reflexivo. Su eseñanza moral, de haberla, tiende hacía la aceptación.

El mal de Portnoy, Philip Roth

Genial. Desopilante. Provocadora. Mordaz. Ingeniosa. Cínica. Irónica.

Alexander Portnoy nos permite asistir, desde muy cerca a sus sesiones de psicoanálisis. En ellas, recorreremos con Alexander toda su vida, marcada por una familia castradora y anuladora y por todo tipo de complejos, paranoias y obsesiones posteriores.

La ridiculización del jewish way of life es absoluta.

sábado, 22 de agosto de 2015

Me case con un comunista, Philip Roth

Otra gran novela de Roth. Junto con Pastoral americana y con La mancha humana, configura una trilogía que intenta, de manera muy ambiciosa, hacer un retrato de la américa que va de los años de la IIGM a los años 80 del pasado siglo.

Me casé con un comunista nos acerca a los años 30-40, años del comunismo internacionalista y del pacifismo radical y los años 50-60, años del macarthismo y el anticomunismo.

El relato es el del despliegue, ante ojos del lector, de un personaje asombroso: Ira Ringold.

La narración es compleja, ya que Ira es un personaje mostrado a retazos, desde diferentes ángulos, en diferentes momentos temporales, siempre con un gran gusto por los detalles.

El resultado es muy notable, ya que el lector va construyendo el puzzle y va conociendo, en todas sus facetas y dimensiones, a Ira. Y en menor medida a el resto de los personajes: Eve, Murray y Nathan.

Gran novela, aunque exige esfuerzo y constancia al lector.

lunes, 17 de agosto de 2015

Pastoral amercicana, Philip Roth

Inclinémonos ante una de las GRANDES novelas del pasado siglo.

Asistimos, en primerísima fila, al devenir vital de el Sueco Lvov, epítome del sueño americano.

Tras tres generaciones de trabajo, esfuerzo e integración, la familia Lvov ha alcanzado lo más importante que puede alcanzar una familia de inmigrantes llegados hace un siglo a los EEUU: la respetabilidad. Y, por supuesto, una buena salud económica, pero esto es casi secundario.

La familia Lvov es respetada.  Y el Sueco Lvov es respetado, admirado, envidiado e idolatrado. El orgullo, de ser americano, de haber prosperado, de hacer siempre lo que se espera de él, le desborda.

Y entonces estalla la bomba. Bomba en forma de hija adolescente provocadora, nihilista, destructora y autodestructiva, y antisistema. El odia de la hija hacia todo lo que su familia, y en especial su padre, representa es tan grande que conseguirá hacer estallar en pedazos ese way of life que con tanto trabajo sus padres, sus abuelos y sus bisabuelos han conseguido y que tan preciado y admirable les parece.

Y el Sueco se enfrenta a la incomprensión absoluta. ¿Porqué?

Todo ello, narrado con una maestría absoluta. Una delicia, vamos.

domingo, 9 de agosto de 2015

Alex, Pierre Lemaitre

Quedé fascinado por Irene.

Me gusta que el protagonista de una novela de asesinatos no sea un solo policia, sino el equipo de los polis. Y también me gusta que la vida privada de los polis y sus historias personales tengan peso en la historia. Por eso me gustan las novelas de Wallander. Por eso me gustó Irene y por eso me ha gustado Alex.

Aunque quizá Alex no brille tanto como Irene.

martes, 4 de agosto de 2015

Las señoritas de Concarnau, Georges Simenon

Como siempre, magistral Simenon. Magistral en su manera de plantear un escenario. Si Simenon fuera un pintor, sus cuadros serían de esos que asombran por la capacidad descriptiva de sus trazos, tan esquemáticos como precisos.

Las novelas de Ssimenon no suelen pasar de 200 páginas, ni falta que les hace, y en ellas hay espacio suficiente para describir los personajes a partir de sus rasgos definitorios, plantear un marco espacial y temporal, y poner el drama en marcha. Sin artificios. Sin distracciones.

En la novela que nos ocupa, Jules Guerec, solterón, timorato y dominado por sus hermanas, también solteronas, atropella y mata al pequeño Joseph Papin.

Los Guerec, mejor dicho, las Guerec, deciden ocultar el crimen mientras Jules, a modo de compensación, empieza a relacionarse con Marie Papin, madre de Joseph. Al final, Jules se acabará enamorando de Marie y siendo despreciado por ella.

Las señoritas de Concarneau es un retrato magnífico del clima opresivo y tristón de una ciudad de provincias a mediados del siglo pasado. En francia. También en España.

lunes, 3 de agosto de 2015

El puerto de las brumas, Georges Simenon


En ocasiones, las tramas de Simenon, se te escapan un poco y no acabas de pillarlas. Me ha pasado eso.

Novela típica: nieblas, puertos, canales, hoteluchos,... y algún muerto.

sábado, 1 de agosto de 2015

La tierra convulsa (Verdes valles, colinas rojas I), Ramiro Pinilla

Hacía tiempo que quería leer esta novela. Premiada y reconocida por la crítica.

Me ha decepcionado un poco. Desde luego es una  gran novela. Pero, en mi opinión, tiene un gran defecto: de las 1008 páginas le sobran, al menos, la mitad.

Ramiro Pinilla nos cuenta una historia muy interesante. Y nos la cuenta muy bien. Pero el estilo de Pinilla es excesivamente moroso. Se recrea y da vueltas intentando contar la historia de una manera original. A veces, su estilo me recordaba al de Javier Marías.

La historia es la de la confrontación entre el tradicionalismo vasco y la apertura. Esta confrontación se articula en torno a varios conflictos: tradición frente a progreso, agricultura y ganadería frente a industrialización, conservadurismo frente a socialismo, país vasco frente al resto de España...

Interesante, pero quizá no tanto como para dedicar las 100 horas necesarias para leer la trilogía.