miércoles, 21 de mayo de 2014

Tu rostro mañana 1: Fiebre y lanza, Javier Marías

Aterrizé sobre Fiebre y lanza en busca de una combinación tan atractiva como incierta. Pocas cosas me gustan más que una buena novela de espías y, por esto, me resultaba atractiva una novela de espías escrita por Marías, escritor de reconocido y justo prestigio.

Yo tenía mis suspicacias, porque tan cierto es que Marías escribe bien, como que su estilo me resulta, cada vez más, un tanto cargante.

El resultado no ha sido satisfactorio. He abandonado la novela poco después de superar su ecuador.

Marías nos cuenta en esta novela las andanzas, o mejor, las reflexiones, desvaríos y pajas mentales, del académico Jacobo Deza en su aventura británica, tras la ruptura con su esposa. En especial, sus inicios como espía al servicio del MI5 y sus relaciones con Wheeler, otro académico de postín.

Y no hay más. Un estilo primoroso, eso sí, pero aplicado, principalmente, a epatar al lector con los continuos derrames y ramificaciones que el interesante decurso mental del tal Jacobo Deza tiene a bien obserquiarnos.

Creo que estamos ante una novela en la que lo principal es el estilo. Si bien esto no es malo, ya estoy familiarizado con este estilo por anteriores obras de Marías y, aún reconociendo su merito y capacidad, cual aspirante a funcionario, no deja de resultarme pelín monótono y notablemente aburrido.


jueves, 15 de mayo de 2014

El americano tranquilo, Graham Greene

Poco a poco intento volver a la novela, porque la vida sin literatura no es vida.

Un poco por casualidad me topo con esta famosa novela del no menos famoso escritor Graham Greene. Famoso no se si por sus numerosas novelas llevadas al cine, si por su sobrada capacidad para escribir obras de interés para el público o si por sus personales veleidades religiosas.

La cuestión es que la novela, quizá la primera que leo de Greene o, al menos, la primera en muchos años, me ha gustado.

El americano tranquilo nos cuenta la historia de Fowler, periodista británico cínico y decreído, de Pyle, norteamericano tan idealista como peligroso, y de Phuong, joven vietnamita de la que ambos, sucesivamenete y en ocasiones, simultaneamente, estarán enamorados.

Aunque el amor, el desamor y el abandono son el punto de
partida de la historia, la novela trata sobre la inocencia y el idealismo y sobre su contrapunto, el cinismo más descarnado.

Greene se encuentra cómodo en la descripción de los recovecos morales de los seres humanos, quizá gracias a su azarosa relación con la fe religiosa , y eso hace que el relato tenga interés pero sin caer en la exploración rigurosa de las vivencias interiores de sus protagonistas.

Además, Greene es un maestro en la evocación de ambientes y la descripción  de personas y lugares. Si a todo lo anterior añadimos el interés intrínseco del marco político y geográfico, resulta una novela amena y de gran interés.