domingo, 1 de mayo de 2011

Justine, Lawrence Durrell

Acabo de leer Justine, el primer volumen de la archiconocida tetralogía de Alejandría. Estas cuatro novelas, escritas por el no muy conocido Lawrence Durrell, en cierto modo, tienen el valor de clásicos.

Justine, la primera, es una novela interesante, principalmete por la gran capacidad de Durrell, para recrear una atmósfera determinada.

Es fascinante como Durrell consigue meterte de lleno en esa Alejandría de principios de siglo (XX, por supuesto) y en esos ambientes, a veces elitistas, a veces de lo más arrastrado, en los que sus personajes viven, mueren y, sobre todo, aman.

Es igualmente fascinante leer como Durrell retrata paisajes y sensaciones. Playas, ríos, gente descansando, tomando el sol, viviendo con una especia de bradicardia permanente. En cierto modo, sus personajes, viven la vida como espectadores. La dejan pasar, pero a la vez la viven al máximo.

Maravilloso retrato de la decadencia, de la lujuria, del erotismo y del abandono.

Francamente recomendable.

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