viernes, 11 de marzo de 2016

Pureza, Jonathan Franzen

Otra novela de Franzen. Es como si Franzen hubiera copiado el esquema de libertad pero con personajes diferentes. Otras historias, otros temas, misma estructura narrativa, mismos desplazamientos temporales y espaciales, misma complejidad, misma sofisticación, misma capacidad narrativa.

En mi opinión, ni en Libertad, ni en Pureza, Franzen brilla a la misma altura que en Las correcciones. En Las correcciones estamos ante una gran historia que se despliega ante ti de una manera tan coherente que, ahora mismo, no recuerdo si la estructura narrativa es tan compleja como en libertad o pureza. Porque si comparten estructura, en Las correcciones, el objetivo de inmersión está plenamente conseguido. En Pureza y Libertad, no.

Eso no quiere decir que las historias que cuenta Pureza no sean interesantes. Ni que no estén bien escritas. De hecho Pureza es una colección de pequeñas novelas, en las que los diferentes protagonistas cobran diferente importancia, y que se integran en un marco más amplio, pero, como ya he dicho, la integración no es total y el esfuerzo del lector por mantener los cabos que le permitan llenar estos vacíos temporales y espaciales, es grande. Quizá demasiado.

En resumen, una novela muy ambiciosa, escrita con oficio, pero que quizá pide demasiado al lector.

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