Algunas novelas soportan la infamia que la militancia política de su autor ha supuesto para la opinión pública dominante. Es lo que ha ocurrido con Madrid de Corte a checa y con Foxá, militante falangista de primera hora. Y por si eso fuera poco, marqués y diplomático.
Madrid de Corte a checa es una buena novela.
Foxá recorre los años de la segunda república y los primeros de la guerra civil, con una mirada triste y un animo desolado.
Se podría decir ... el Madrid que conocíamos ha desaparecido y nadie sabe como ha sido.
La novela es parcial, desde luego, especialmente en su tercera parte en la que se relata la brutalidad, el odio y la inhumanidad de los milicianos enbrutecidos por el poder y la venganza en el Madrid asediado del invierno del 37.
Obviamente, es difícil, por no decir imposible, haber vivido la guerra civil y escribir con imparcialidad. En cualquier caso, Foxá es un buen complemento a Arturo Barea o Max Aub.
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