Continuación de La busca.
Manuel sigue su vida oscilando entre el deber ser y lo fácil.
Pero Manuel es un hombre sin voluntad que sufre la tensión. Por un lado Hastings, su amigo rico, y la Salvadora, mujer sencillla, trabajadora y de carácter. Por otro lado, Vidal, su primo, vividor y amigo de francachelas y el bizco, malaje peligroso.
Merenderos, larguísimos paseos por las afueras de Madrid, atardeceres, muchos atardeceres, tardes polvorientas, emparrados y miseria. Mucha miseria.
Lectura obligatoria para quien piense que España no ha avanzado tanto como debiera.
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