viernes, 2 de junio de 2017

Tiene que llover (Mi lucha: 5), Karl Ove Knausgard

Sigo con Knausgard y su aventura-autobiografía-novela.

Su prosa directa, su sinceridad en ocasiones ofensiva, su fuerza y determinación, su orgullo y su necesidad de trascenderse y su romanticismo, me siguen atrapando como el primer día que lo leí.

En este volumen Knausgard se ocupa de los años que van, aproximadamente de los 20 a los 30. Su frustrante asistencia a una prestigiosa escuela de lectura, sus primeras relaciones de pareja, su difícil relación con su idolatrado hermano, su uso y abuso del alcohol como vía de escape a su insatisfacción eterna, sus relaciones con sus amigos y sobre todo, la tensión permanente de la creación de lateraria y el continuo sufrimiento de Karl Ove.


Los temas son, más o menos, los de siempre. El alcohol y su capacidad liberadora y catártica. Su hermano, su padre y las difíciles relaciones entre los varones de la familia. La inseguridad y soledad. El miedo al fracaso, la misantropía, la monomanía escrito-lectora, la música, la creación literaria, la emotividad desbordada, los constantes cambios de residencia, la lluvia, el cielo y el mar,...

Con este volumen se cierra el círculo. Además, se puede reabrir por donde se quiera.

Absolutamente recomendable, como cualquiera de los otros volúmenes.

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