Llamada para el muerto fue escrita en el año 61. Pro tanto, tiene casi 60 años.
Ha pasado tanto tiempo que cuesta instalarse en el clima emocional de los años 60 del pasado siglo. Entonces, apenas estrenada la guerra fría, el ambiente en Europa debía ser un poco claustrofóbico. Por un lado EEUU y Gran Bretaña, por el otro la URSS, todos intentando colocar sus peones mientras la paranoia se apoderaba de la opinión publica europea.
En ese ambiente se desarrolla Llamada para el muerto. Un trabajador del Foregn Office se suicida días después de ser entrevistado por Smiley, debido a su posible pasado comunista. Smiley, con su prodigioso olfato, intuye que
el asesinato puede no serlo, que el asesinado puede, o no, ser un espía, y que la mujer del asesinado, puede pintar en la historia bastante más de o que parece.
Smiley, ayudado por el fiel Peter Guillam y por Mendel, policía de la metropolitana, va desenrollando la madeja hasta el último cabo. Todo ello en poco más de 150 páginas.
Brillantes descripciones ambientales. Brillantes diálogos, brillantes caracterizaciones de los personajes. Una trama compleja y entretenida. Exigencia para el lector. Estas son algunas de las notas de este primer Le Carré. Además, se convertirán en habituales en sus novelas.
Buen debut para Smiley.
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