Segundas partes nunca fueron buenas. La historia flojea.
Enrevesada historia acerca de un desertor soviético, padre de Salander, del intento de asesinato de Salander a su padre, de la confabulación para internar a Salander en un psiquiátrico de por vida y más cosas que no recuerdo.
Mucha acción, ritmo de thriller. Pero la historia pierde ese matiz de verosimilitud que hacía tan atractiva a la primera parte.
Y el pichabrava de Blomqvist, con su desagradable superioridad moral, resulta un poco cargante.
Se deja leer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario