martes, 11 de junio de 2019

Un día en la vida de Iván Denisovich, Aleksandr Solzhenitsyn

Solzhenitsyn, nobelizado en 1970, es uno de los grandes escritores soviéticos. Grande en Rusia y, sobretodo, grande en occidente.

Es uno de esos ejemplos en los que resulta difícil separar el mérito puramente literario del mérito cívico, político o democrático.

Y es que Solzhenitsyn, tras pasar por algún campo de trabajo después de la segunda guerra mundial, fue el primer escritor ruso en dar a conocer, en toda su criminal plenitud, los horrores del gulag. Como consecuencia de ello fue perseguido y desterrado. Posteriormente, paso por EEUU y volvió a Rusia.

Esta su primera novela y en ella intenta retratar, de un modo alejado de lo morboso, casi ligero, la vida en un campo de trabajo.

Hay que tener en cuneta que otras grandes obras acerca del gulag o los campos nazis, como las de Primo Levi o las de Jorge Semprún, todavía no habían sido publicadas o eran apenas conocidas. Por ello, el impacto de Un día en la vida... fue muy grande.

Y todavía mayor lo sería el de Archipiélago gulag.

En cuanto a la obra en si misma, su mayor valor, probablemente reside en su carácter casi documental y en el intento intensamente desdramatizador llevado a cabo por Solzhenitsyn.

En medio de penurias inimaginables, Shukhov, alter ego del autor, mantiene su dignidad  a salvo, a costa de un notable esfuerzo de la voluntad.

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