miércoles, 6 de mayo de 2020

Crematorio, Rafael Chirbes

Hace varios años leí la magnífica En la orilla. Luego, en un par de ocasiones, empecé Crematorio, pero no era el momento.

Estas difíciles semanas coronavíricas sí han sido el momento.

Estamos ante una novela ambiciosa y de gran complejidad técnica. Por eso es necesario dedicarle tiempo, sobre todo al principio, ya que si no le coges el punto, la novela se te escapa.

Matías acaba de morir en su casa, en algún lugar del levante español. A partir de aquí asistiremos a los relatos, en primerísima persona, de diferentes personajes relacionados con el muerto y, sobre todo, con su hermano Rubén, sus vidas, y sus obras. Cada capítulo está dedicado a los monólogos interiores de cada uno de éstos personajes. De esta manera, entre todos, se ponen sobre la mesa las piezas del puzle, para que el lector las vaya encajando, poco a poco, y componga el rico retrato de un lugar muy concreto tanto en lo temporal, los 80-90-00, como espacial, el litoral levantino español.

El centro de masa del relato no es el muerto, Matías, un poco artista, otro poco ecologista y bastante lunático. El auténtico centro es Rubén, un don nadie que con mucho trabajo y bastante mafia, consigue poner en valor los pobres terrenos de la familia y covertirse en un constructor prototípicamente rico y tan despreciado como envidiado.

Con facilidad se podría hacer una lectura política de la novela, según la cual Chirbes pone ante el espejo un modo de vida en el que el capital devora la naturaleza y condena a la gente a la pobreza.

Hay otra lectura alternativa, según la cual el hombre, con su talento, su esfuerzo y su iniciativa, somete la naturaleza para crear riqueza y mejorar la vida de la gente.

En algún punto intermedio podremos sentir el rico aroma que la adecuada interpretación de los hechos emite: sin duda una porción del tesoro natural levantino ha sido destruido, pero no ha sido por nada. A cambio, se ha obtenido y repartido una cantidad de riqueza, de confort y de progreso que de otra manera, no hubiera estado al alcance de la gente.

En cualquier caso, interpretaciones políticas aparte, una gran novela de un gran escritor.

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