martes, 1 de julio de 2014

En la orilla, Rafael Chirbes

De vez en cuando, me reencuentro con la literatura española, más bien abandonada en esta última década. Disfruté mucho con Llamazares, Echevarría, Reverte, Marías y demás, pero, poco a poco, los he ido abandonando. No solo eso, sino que cuando los he retomado, la experiencia no ha resultado demasiado satisfactoria.

En este caso, Chirbes, sí que lo ha sido. Pese a no haberlo leído todavía, parece que Rafael Chirbes es uno de los grandes narradores del momento. Esta novela, En la orilla, desde luego me ha parecido una gran novela.

Chirbes nos permite acompañar a Esteban, carpintero en ruina, en su viaje por la desolación. Desolación familiar, centrada en la deprimente relación entre Esteban y su padre, enfermo terminal. Desolación social, que gira en torno a la hipocresía, la avaricia y la despersonalización de los amigos y paisanos de Esteban. Desolación económica, la de la explosión de la burbuja inmobiliaria en el levante español.

Chirbes utiliza mucho recursos narrativos diferentes, pero la narración es siempre ágil, aunque al principio, cuesta comprender la solida textura moral de la narración.
Esteban no ha tenido suerte. Quizá no la ha buscado. O no la ha buscado lo suficiente. Pero sus amigos y conocidos, que sí la han buscado, tampoco la han tenido, o la han tenido y no la han aprovechado, y han acabado rodeados de putas, alcohol,  servidumbres morales y mucha tristeza.

Parece un gran hallazgo la utilización del pantano como metáfora de algo que siempre está ahí, normalmente oculto a la vista, permitiendo arrojar a su interior todo lo que es feo o maloliente. Y en momentos de crisis, cuando todo se derrumba, el pantano toma protagonismo, reaparece y nos hace ver que siempre ha estado hay, como una especie de atractor invencible. Gran novela.

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