Las novelas de Ssimenon no suelen pasar de 200 páginas, ni falta que les hace, y en ellas hay espacio suficiente para describir los personajes a partir de sus rasgos definitorios, plantear un marco espacial y temporal, y poner el drama en marcha. Sin artificios. Sin distracciones.
En la novela que nos ocupa, Jules Guerec, solterón, timorato y dominado por sus hermanas, también solteronas, atropella y mata al pequeño Joseph Papin.
Los Guerec, mejor dicho, las Guerec, deciden ocultar el crimen mientras Jules, a modo de compensación, empieza a relacionarse con Marie Papin, madre de Joseph. Al final, Jules se acabará enamorando de Marie y siendo despreciado por ella.
Las señoritas de Concarneau es un retrato magnífico del clima opresivo y tristón de una ciudad de provincias a mediados del siglo pasado. En francia. También en España.

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