sábado, 4 de junio de 2016

Meridiano de sangre, Cormac McCarthy

He acabado con Cormac McCarthy por un tiempo. He terminado Meridiano de sangre, para muchos su mejor obra.
Ciertamente, esta novela tiene mucho más ritmo y brío que las novelas de la trilogía.

Estamos ante una novela de una violencia desbordante. La narración, apoyada sobre hechos reales, acompaña a John Joel Glanton y su banda a lo largo de sus correrias por el norte de México y el sur de los USA.

Estamos en 1850 y acaba de terminar la guerra entre los dos paises fronterizos por el control de Tejas y California. Bandas de soldados desmilitarizados vagan por montañas y llanuras gastando sus pocos ahorros en alcohol y mujeres, completamente asilvestrados y desubicados, sin interés ninguno por volver a sus hogares en Nebraska, Idaho o Missouri, ni de reintegrarse a la vida civil.

En este escenario es inevitable que estas bandas de soldados se conviertan en compañías de mercenarios que se venden al mejor postor. En el caso que nos ocupa, serán contratados por el gobernador de Chihuahua con el fin de limpiar el territorio de pieles rojas.

La violencia solo llama a más violencia y de manera inevitable, Glanton y sus chicos acabarán sumidos en una espiral puramente psicopática y nihilista.

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