viernes, 22 de marzo de 2013

La trilogía de Nueva York, Paul Auster

Esta obra permitió a un desconocido escritor, de nombre Paul Auster, convertirse, de la noche a la mañana, en autor de culto a ambos lados del atlántico.

 La trilogía está formada por Ciudad de cristal, Fantasmas y La habitación cerrada, tres novelas cortas diferentes pero con algo en común. ¿Cómo explicar qué es ese algo compartido por las tres historias?. Quizá intención sea la palabra adecuada.

Los tres relatos que forman la ciudad de cristal intentan confundir al lector, sacarlo de su zona de confort, someterlo a una cierta tensión intelectual derivada del intento de establecer cual es la relación entre las tres obras de la trilogía, si es que hay alguna.

Pero el presente no es menos oscuro que el pasado y su misterio es igual a cualquier cosa que nos reserva el futuro. Así es el mundo: un paso después de otro, una palabra y luego la siguiente.

Auster juega a sembrar el relato de elementos que establecen comunicación entre las diferentes historias: personajes, objetos, sucesos, actitudes, temática.... Por otro lado, esta intercomunicación es solo esbozada, nunca aclarada y, por tanto,  sumerge al lector en una atmósfera de extrañeza ante el modo en el que de desarrolla la historia.

Alguno de los temas que esta obra afronta son el azar, la identidad y la paranoia. También es destacable el gusto del autor por la metaficción. Abundan las historias dentro de la historia. O las historias acerca de la historia, así como las digresiones acerca de los temas más inesperados.

En definitiva, tres novelas recomendables. En mi opinión, especialmente Ciudad de cristal y La habitación cerrada.

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