Afortunadamente, el paso del tiempo, que es muy sabio y coloca a casi todo el mundo en su lugar, o eso nos gusta creer, está consiguiendo rehabilitar a este escritor y colocarlo en lugar eminente entre los grandes autores del siglo XX.
El inefable comisario Maigret es el responsable de la fama imperecedera de Simenon, aunque entre los cientos de novelas sin Maigret, hay tantas de valor que, con Maigret o sin Maigret, Simenon podría ser hoy un escritor reconocido.
En El perro canelo asistiremos a una bonita representación de la vida francesa en provincias en la primera mitad del siglo XX y podremos disfrutar de un maravilloso retrato de la hipocresia que alienta la vida en la pequeña localidad de Concarneau. Todo ello trenzado alrededor de algún asesinato.
En las novelas de Simenon el ambiente es un personaje más. Es muy notable la capacidad de Simenon para, con ligeras y precisas frases transmitir al lector aquellas notas que le permiten captar la esencia del momento.
Muy recomendable.
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