Kawabata, el autor de esta novela, junto con Mishima y Murakami son los tres autores japoneses más conocidos en occidente, por encima de Oé, pese a su nobel.
El rumor de la montaña es un relato que obedece a lo que un no experto podía asociar a la literatura japonesa anterior a Murakami: lentitud, sensibilidad, inacción, ceremonia, ...
El argumento de la novela es sencillo. Tan sencillo que no hay tal. La intención de Kawabata es mostrar cómo Shingo, el protagonista de la narración, percibe el mundo y cómo se relaciona con su disfuncional familia. Para ello, no es necesario que nada ocurra. Solo es necesario describir, de la manera más precisa y económica posible las percepciones y sensaciones de Shingo a lo largo de su anodina y extraña convivencia con su mujer Yasuko, su hijo Shuichi, su hija Fusako y su nuera Kikuko.
Shingo, ya anciano, se siente un ajeno al mundo mientras su hijo Shuichi, amoral y cínico, su hija Fusako, vencida y doblegada por la vida, y su mujer Yasuko, tan difuminada que parece no existir, le acompañan en un merodeo tan triste como desesperanzado por los recovecos de la senectud.
La nota de color, de esperanza y de fulgor vital aparece en la especial relación de Shingo con su nuera Kikuko. Es esta relación la única que aporta belleza y sensualidad a la historia, de una manera tan elíptica como sugerente.
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