Lees y lees, vas leyendo y leyendo, te metes en la piel del tipo al que lees, y cada una de sus reflexiones, ideas y sentimientos, adquieren una nueva textura, cada vez más real.
Acabo de leer los relatos autobiográficos del escritor austriaco Thomas Bernhard. Este escritor, muy valorado hoy en día, y encasillado cómo escritor de culto, adquirió cierta notoriedad solo con la publicación de estos relatos autobiográficos. Ciertamente, tienen un gran interés, aunque en ocasiones, puedan pecar de notable diletantismo. Pese a ello, y a otras características que dificultan su lectura, por ejemplo la ausencia de puntos y aparte, la presencia de incomprensibles pajas mentales en forma de soliloquío, la lectura es atractiva. A veces, adictiva e hipnótica.
Bernhard tuvo una vida complicada. El sufrimiento y la soledad ocupan un lugar importante en la vida de este escritor. Tanto que llama la atención que haya sido capaz de salir de ese pozo de tristeza y sufrimiento para convertirse en escritor de éxito. O igual no lo ha hecho y disfruta su fama desde la pena y el desconsuelo.
En cualquier caso, la lectura de El Origen, El sótano, El aliento, El frío y Un niño es muy recomendable.
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