domingo, 22 de mayo de 2016

En la frontera, Cormac McCarthy

Continuo con la trilogía de McCarthy.

Esta segunda novela es argumentalmente independiente de la primera, aunque comparte con ella marcos temporales y espaciales y climas anímicos.

En En la frontera acompañaremos a Billy Parham y a su hermano Boyd a lo largo de su triste aventura, siempre cerca de la frontera, en busca de unos caballos robados.

Billy y Boyd, apenas en su adolescencia, que acaban de quedar huerfanos, salen en busca de lo único que tienen: sus caballos.

Como en la novela anterior, los protagonistas son las rocas, los cielos, el viento, la desesperanza, la tristeza, la violencia, el silencio y los caballos.

En ocasiones McCarthy se demora en detalladas descripciones de determinados procedimientos. Habitualmente alguna tarea en relación a los utillajes para el manejo de las caballerías. Normalmente, estas descripciones me han resultado difíciles de seguir y aburridas. Con una excepción.

A mitrad de a novela, Boyd resulta gravemente herido. En la madrugada, Billy convence al doctor, ambos montan el el carro, se llegan al rancho donde Boyd yace con un  balazo en el pecho al borde de la muerte.
McCarthy hace una descripción maravillosa del trabajo del doctor. Desbordan cariño y sensibilidad, tanto la narración como el trabajo de médico.

He disfrutado enormemente del inicio de la novela. En las cercanías de la casa de los Parham ha aparecido un lobo que está diezmando el ganado. Tras días y días de salir al monte, poner y revisar cepos y estudiar desplazamientos del lobo, éste acaba cayendo en un cepo.

Billy lo libera, intenta curarlo y emprende una huida en su compañía. A lo largo de tal periplo, Billy y la loba establecen una relación muy especial. Maravilloso elogio no explicito a la inteligencia del lobo.

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