domingo, 31 de julio de 2016

La muerte del padre (Mi lucha: 1), Karl Ove Knausgard

Relectura. Me apetece retomar Mi Lucha.

Este primer tomo abarca, desde la adolescencia de Karl Ove, plena de música y alcohol, hasta la muerte de su padre, repentina y llena de alcohol.

Me remito a lo dicho en la reseña primera, con un par de añadidos.

Uno. Pocos libros como este para mostar la mirífica capacidad del alcohol para catalizar la siempre dificil apertura hacia los otros.

Para mi resultará inolvidable la historia de la abuela materna de Karl Ove. Tras la muerte de su hijo, al llegar a casa sus nietos, Karl Ove y Yngve, la vieja mujer parece en estado catatónico, enterrada en basura en su vieja casa. Al final, resulta que el aislamiento y la aparente senilidad no es tal, sino el resultado de la privación alcohólica. Una vez averiguado esto, tras la primera copa, se abren las compuertas anímicas, y abuela y nietos disfrutarán de una velada inolvidable.

Dos. Parafraseando a Leni Riefenstahl, Karl Ove Knausgard, en algún modo, representa el triunfo de la voluntad. Karl Ove, desde el principio, ha alcanzado el convencimiento de que su principal objetivo en la vida está en la escritura. Y, consecuente hasta límites patológicos, está decidido a renunciar a todo lo que sea necesario para conseguirlo.

Pero lo que busca no es la gloria, sino la trascendencia. Karl Ove necesita pasar a la historia, pero no por si mismo, sino por su escritura. Determinación en estado puro.


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