domingo, 10 de julio de 2016

Lo que queda del día, Kazuo Ishiguro

Una de las novelas más británicas que he leído en años...

Escrita por alguien de apellido Ishiguro. Y es que el tal Ishiguro vive desde los 5 años en Gran Bretaña.

Mr Stevens, mayordomo de Darlington Hall, una gran mansión próxima a Cambrigde, tiene la oportunidad, única en años de abnegado servico, de disfrutar de unos días de vacaciones viajando por su país en el coche de su señor.

La narración acompaña a Stevens en su viaje a la vez que el mayordomo va rememorando diferentes momentos de su vida, de tal modo que al finalizar la lectura el lector tiene una idea cabal de, al menos, los siguientes aspectos:

Uno. Cuáles eran las funciones de un mayordomo y cómo estas funciones son cruciales para el correcto funcionamiento de una gran casa.

Dos. El incierto discurrir de la relación entre Stevens y Mrs Kenton, antigua ama de llaves.

Tres. El vacío emocional que Stevens alcanza, hacia el final de su vida, tras comprender que ha orientado su vida a la satisfacción de objetivos vanos.

La narración es resulta magistral. Se lee con facilidad e interés.

Hoy en día, resulta difícil imaginar la existencia, hace menos de un siglo, de personajes tan comprometidos con un determinado servicio y con una contención emocional tan enfermiza.

También resulta de interés los tejemanejes políticos del periodo de entreguerras, en los que el señor de Darlington Hall, tomará parte activa y que, por tanto, son relatados en la novela.

Gran novela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario