jueves, 18 de julio de 2013

El honorable colegial, John Le Carré

Otra novela del agente Smiley. En este caso una de las menos conocidas.

Nos encontramos con Smiley, jefe del Circus, empeñado en la noble tarea de reconstruir el espionaje británico tras el asunto Haydon (contado en El Topo, la novela anterior) y obsesionado con dar un golpe de efecto que permita rehabilitarese a la organización y prestigiarse ante los primos.

Como siempre, complejísima trama, desarrollada  a lo largo de más de 600 páginas de escritura brillante, a veces un poco hermética, como si hubiera sido escrita solo para iniciados en el noble arte de la lectura de las obras de Le Carré.

En este caso, la historia, que muestra cierta continuidad con El Topo, y que se verá culminada en La gente de Smiley, nos lleva a Hong Kong, todavía colonia británica. Allí, Jerry Westerby, el honorable colegial, se jugará el pellejo, en la mejor versión del héroe romántíco, por sacar adelante la operación de Smiley, pero también por hacer de su vida algo valioso, tras enamorarse de la bella Liese.

Realmente, el protagonisa de la novela es el entrañable Westerby que se hace querer por el lector por su mezcla de inocencia y astucia, de sentido del deber y de capacidad de abandonar todo para satisfacer sus instintos.

En cuanto a Smiley, pese a ser una presencia constante en la novela, el autor no pono el foco sobre él en ningún momento, pero el personaje queda perfectamente retratado, aunque siempre a través de una bruma de indefinición, reflexión y ausencia. El genio de Smiley es tal que siempre conduce la operación por el único camino posible, con maestría indiscutible y ganándose la adoración incondicional de sus hombres.

Una gran novela, compleja, que hay que intentar leer rápido y que nos hace una descripción vívida del funcionamiento del mundo del espionaje y de la vida en la colonia cuando el imperio terminaba de desmoronarse.

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